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domingo, junio 04, 2006

Nothing is gonna change

Hoy siento muchas cosas, miles de hilos han bordado mi piel, ahora soy como un brocado...

Estar sola un domingo nublado, aburrida en ratos, dormida en otros, no es algo raro para mí, en días como hoy, pago parte de la factura de vivir así, es cuando mi crédito no alcanza...

Ayer en medio de la hora cero, todo lúcido, en su máximo esplendor, cuando la soledad no viene y asoma sus narices a la ventana, empiezas temprano, los ojos recién pintados, tu camisa en su lugar, el perfume llega al olfato eróticamente lento, cerveza helada, cuba libre, soft music antes de convertirse en un arrabal, todo en su sitio para despegar... La noche transcurrió rápido, como casi todas las noches de los viernes o sábados en los que la vida nocturna resplandece entre copas, música y los amigos, un poco de todo lo que hace al ser humano lo más animal posible.

El taxi que un poco antes del amanecer me deja en la puerta de mi casa, me advierte que la noche terminó y que es hora de dormir...Fue domingo, despierto casi a las 2 de la tarde, sólo para darme cuenta que una contractura derivada de la noche anterior está partiendo mi espalda, decido que no trabajaré como lo habia pensado, y que me dedicaré única y exclusivamente a tirarla todo el día.

Para variar, las cosas no salen como pienso, tarde me percato que es un domingo nublado, no hace calor infernal, la aburrición aparece y con ella las posibilidades de salir a la calle disminuyen considerablemente, quería ir al cine, a final de cuentas, cuando esas posiblidades terminan de desaparecer, decido tirarme en mi cama y dormirme hasta las 10 de la noche...

Un baño con agua caliente, un par de aspirinas y voltarén en mi espalda; sólo me queda esperar a que el sueño regrese...

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